domingo, 13 de noviembre de 2011

¿Quién pone los límites?

Prefiero alejarme esta vez de los libros, de los escritos, ir más allá y perdernos en cosas distintas, diferentes a esas hojas impresas reunidas en manuales, hablar con otro lenguaje, pasar las fronteras de lo habitual y compartir con quien quiera leer algo que descubrí hace ya un tiempo... 
¿Quién pone los límites?, ¿quién nos dice que la historia se limite a libros y mapas, a escritos oficiales y documentos firmados, folios sellados, quién?
La historia inunda más ámbitos, llega hasta la gran altura del arte. Y no, hoy no me refiero a la pintura… Sino a la música, algo que, al menos en mi opinión, se debería tener más en cuenta.
Giuseppe Verdi
La ópera Don Carlo de Verdi nos cuenta una historia bañada de amor, desencanto, represión y traición, donde el papel de la Inquisición es fundamental. 
La obra trata de los problemas que tuvieron en ámbitos amorosos Felipe II y Don Carlos, hijo y heredero de éste.   
Las tensiones entre Francia y España se redujeron al concertarse el matrimonio entre Isabel de Valois y Don Carlos, quienes sentían un amor recíproco, difícilmente explicable. 
Di quale amor, di quanto ardor.
En éste y por conseguir la estabilidad  se entrometió Felipe II, quien finalmente contrajo matrimonio con Isabel intentando finalizar cuanto antes las tensiones.
Carlos se limitaba a cantar su dolor.  Su ira de era indomable. Tan solo conseguía apagar ese fuego incandescente de su ser su querido amigo Rodrigo, el Marqués de Posa, con el tenía una amistad auténtica y verdadera.
Dio, che nell’alma infondere
Rodrigo de Posa y Carlos
Rodrigo no solamente apoyaría a su gran amigo, sino que le entregaría también una carta furtivamente a Isabel para concertar un encuentro secreto con Carlos, donde hablarían de ese amor tan doloroso para ambos.
Princesa de Éboli
No eran éstos los únicos protagonistas. La princesa de Éboli también estaba enamorada de Don Carlos. Reuniéndose ambos y creyendo Carlos que Éboli era la reina (ya que se habían intercambiado unas máscaras que portaban en su refinado atuendo) no pudo evitar derramar palabras de amor para elogiar a su enamorada, enterándose de todo Éboli y procediendo a la amenaza movida por la frustración y el despecho, asegurando que contaría todo al rey. Rodrigo aparece en escena, queriendo acuchillar a la princesa evitándolo Carlos, manteniendo esta vez él la cabeza fría.
La ceremonia de coronación de Felipe comienza con la quema de unos herejes. Cuando la llama está a punto de ser encendida aparece Carlos con un conjunto de flamencos, que piden la liberación de su pueblo, a la que se niega rotundamente Felipe. Ante esto Carlos se deja llevar de nuevo por la ira empuñando su espada y siendo frenado por su amigo Posa y entregándosela  al rey. Podría decirse que ambos amigos se complementan en tal salvaje disputa. Se procede a la quema.
Isabel de Valois
Por esto El Inquisidor acude a hablar con el rey mientras éste se lamenta por su falso cuento de amor. 
Ella giammai m’amò
 La entidad le recuerda a Felipe que tiene el poder de arrebatar a un rey su puesto, y que aunque Carlos fuera su hijo debería ser acusado de adulterio. Además exige la ejecución de Posa por la propia mano del rey, de su amigo, de su compañero, aunque esta quedó pendiente de confirmación.
Éboli, por otro lado, decidió introducir una foto de Carlos en un joyero de la reina, de tal modo que el Rey lo encontrase acusándola de forma injusta y confesando posteriormente la princesa su mala acción, siendo obligada a acudir a un convento, aunque abandonaría su propósito intentando ayudar a Carlos.
O don fatale
Rodrigo decide salvar a Carlos a pesar de su posible acusación por traición […]
Per  mi giunto è il di supreme
 […] a la que nunca se llegaría ya que fue disparado sin remedio alguno momentos después de la liberación del hijo del rey.  Al ver el cadáver Felipe no puede evitar llenar el vacío del lugar con gritos de dolor por su pérdida.
Lacrimosa
(Este estracto de la obra fue eliminado antes de su estreno, siendo utilizado para su Réquiem)
Éboli y Carlos huyen por la causa de Flandes de manera secreta, aunque habría un último encuentro entre los enamorados frente la tumba de Carlos V […]
Ma lassù civedremo in un mondo migliore
[…] donde entrarían Felipe II y El Inquisidor, el cual acataría la orden había declarado el rey
-Que haya un doble sacrificio.
Una voz tenebrosa, “que asusta” forma eco sobre el féretro frío cubierto de piedra. Era una voz conocida, lúgubre. Era la voz de Carlos V, quien arrastra a su nieto a su tumba sellando su entrada, pues “solo se descansa en el cielo”... 
Tumba de Carlos V

Cuatro horas y media de sonidos, enarmonías, ligaduras, blancas, negras, corcheas, música y emoción. Una historia cuyo final realmente asusta, una historia que guarda millones de secretos a su alrededor.
¿Quién se atreve a poner límites a la música?
¿Quién es capaz de establecer y cerrar los límites de la historia?...

1 comentario:

  1. Entrada muy interesante. El "Don Carlo" de Verdi está íntimamente relacionada con la Leyenda Negra. No es casual ni inocente las visiones que se desprenden de dicha ópera.
    Atentamente,

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