LA EXPEDICIÓN DE CORTÉS, 1517-1546

Elizabeth Baquedano, Birkbeck College:

“La gente suele hablar de lo pequeño que era el ejército de los españoles y de lo brillante que fue su conquista de un gran territorio. Pero lo que se suele ignorar es el hecho de que la conquista no la hicieron los españoles, sino los mexicanos. Los mexicanos se unieron a los españoles: los tlaxcaltecas y otras muchas tribus se unieron a las tropas de Cortés y le ayudaron a destruir el Imperio Azteca”

-Sobre Hernán Cortés:

Nació en Badajoz, en 1485 y murió en Sevilla, en 1547. Estudió leyes en Salamanca, era hijo de hidalgo. Al final abandonó los estudios para vivir aventuras. Era primo segundo de Francisco Pizarro, conquistador del Imperio Inca. Quiso cumplir sus sueños, pero tuvo varios intentos fallidos hasta que en 1504 se instaló en la isla La Española, como plantador y funcionario colonial.

El 1511 estuvo en la conquista de Cuba liderada por Diego de Velázquez. Consiguió así tierras y esclavos en la isla. Se le nombró alcalde de Santiago de Cuba, luego fue encarcelado por el gobernador y, liberado, se casó con la cuñada de Diego de Velázquez.

-Sobre la expedición:

En 1518, Velázquez le entregó el mando de la 3º expedición para ir a Yucatán. Gracias a las dotes de persuasión de Cortés, se reclutaron más de 600 hombres (infantes, jinetes, marineros, ballesteros e indios y negros auxiliares.) Además, contaba con veteranos de la guerra de Italia que fueron capitanes en su tropa, como Alonso Dávila, Francisco de Montejo, etc… Cortés bautizó a sus hombres con el nombre de La Compañía Sagrada.

-Incursiones en Yucatán

El 18 de Febrero de 1519, Cortés partió de Cuba con 11 naves, queriendo expandir el cristianismo. La expedición viajó hacia el norte a través de la bahía en dirección al asentamiento nativo que más tarde se conocía como Tabasco. Sus habitantes ofrecieron a Cortés 20 mujeres esclavas por la imagen de la Virgen. Después de continuar su viaje, descubrieron que una de las mujeres no sólo hablaba el dialecto maya local, sino también náhuatl, que era el idioma de los aztecas. Fue traductora de Cortés, consejera en asuntos sobre los nativos y más tarde en su concubina. Tuvo un hijo con ella. Los españoles la llamaban “Doña Marina” y otro de sus nombres era La Malinche. Una de las claves de las victorias de Cortés fue el conocimiento de esta mujer de la política indígena.

Cortés envió a un nativo con un mensaje a Moctezuma, el emperador, en el que decía que los españoles sufrían una enfermedad que sólo se podía curar con oro. La respuesta vino acompañada de presentes de oro y plata. Desgraciadamente, algunos rebeldes de su expedición en Veracruz deseaban regresar a Cuba, pero Cortés los mató y hundió los barcos para evitar tentaciones. Después de varios enfrentamientos con los nativos, los españoles llegan a la ciudad de Tlaxcala, cuyos habitantes odiaban a los aztecas por obligarles a pagar impuestos y coger a algunos de sus habitantes para hacer sacrificios, como pasaba en las demás zonas. Cortés, tras derrotarles, les convenció de que se unieran a él como aliados y se dirigió a la antigua ciudad de Cholula, que era famosa por la construcción de la pirámide de Quetzalcóatl. A pesar de ser bien recibidos por la población, los españoles sintieron que los nativos les preparaban una emboscada, así que Cortés mandó dispararles para luego saquear la ciudad con sus soldados. El templo que estaba en lo alto de la ciudad fue destruido y en su lugar se erigió una imponente cruz que podía ser vista varios kilómetros a la redonda. Mientras, al emperador de Tenochtitlán, Moctezuma, le preocupaban las señales y los presagios. Su pueblo, los mexicanos o aztecas, habían visto un cometa en el cielo y en 1518 habían oído la llegada de unos hombres pálidos y barbudos en la costa.

Cuando Cortés llegó al lago Texcoco, localizaron la isla natural de Tecochtitlán. Era un lugar rico y poderoso. Hernán Cortés lo cambiaría todo: en 2 años forjaría una alianza que acabará por destruir la magnífica ciudad, su antigua religión y crear un nuevo reino para su rey, Carlos I. Pero al principio, Cortés recibió una buena bienvenida por parte de Moctezuma. Fueron agasajados con lujosos regalos y les alojaron en los palacios imperiales. En los días en que permanecieron en la ciudad, los españoles se maravillaron por la belleza de las construcciones de piedra, las plazas y los templos y los canales que recorrían la ciudad. Un día, cuando el emperador Moctezuma se acercó a los españoles con una pequeña escolta, Cortés dio la orden de apresarlo. Esto conmocionó a los aztecas que consideraban a su emperador, no sólo su gobernante y dignatario, sino también una deidad. Cortés forzó a Moctezuma a dirigirse a su pueblo y a exigir la rendición de la ciudad sin oponer resistencia.

Cortés nombró el territorio “Nueva España”, sin hacer caso al vicegobernador de Cuba. Así que este, Pánfilo de Narváez, partió para derrocar a Hernán Cortés con 900 hombres. Pero Hernán los derrotó en Veracruz y reclutó a la mayoría de sus hombres. Mientras, en la capital imperial, se dejó de alimentar a la guarnición española y se preparaban cacerolas para sacrificios humanos. Cuando los españoles preguntaron a los amigos tlaxcaltecas qué iban a hacer, les respondieron que iban a comerse a los españoles con ajo. Cortés actuó rápido y mandó 60 hombres a que acabaran con el sacrificio. Después de esto, mandó a Cuitláhuac, hermano de Moctezuma, que abriese los mercados, pero este planeó venganza. Hizo emboscadas para acabar con La Compañía Sagrada. Durante días se combatió en las calles de Tenochtitlan, pues los españoles habían sido encerrados en el palacio y se habían levantado los puentes levadizos. El lago salobre de Texcoco se convirtió en una barrera, no era potable. Los españoles no tenían ventaja en aquel reducido espacio donde los nativos les arrojaban maderas y piedras desde los tejados y la batalla se volvió igualada. Pero durante la pelea los soldados españoles vieron que uno de los jefes mexicanos iba vestido con un plumaje ostentoso y que los otros jefes lo veneraban. Cortés se dio cuenta de que los mexicas habían elegido un nuevo emperador y que Cuitláhuac les había convencido de que Moctezuma estaba discapacitado o muerto. Así que Cortés decidió sacar a Moctezuma al tejado del palacio, se hizo el silencio y luego los jefes mexicanos empezaron a insultarlo. Le mataron, pero Cortés acabó al día siguiente con los príncipes prisioneros. Partieron por el puente, pero fueron atacados de nuevo.

Murieron muchos y otros fueron esclavizados por los nativos. Se conoce este hecho como la Noche Triste. Los españoles huyeron a los pueblos aliados, pero los mexicas les persiguieron, así que Cortés mandó a la caballería matar a los jefes. Tras la derrota en Tenochtitlán, Cortés conquistó las demás ciudades y dejó a Tenochtitlán incomunicada con el litoral. En 1520, la viruela se extendió por Cuba, llegó a México y mató a la mitad de la población. Las mujeres murieron y los hombres no sabían alimentarse sin ellas, pues eran las que sabían preparar la comida. Cuando el imperio mexicano estaba muy débil, Cortés, con nuevas municiones, ideó un plan. Atacó a las ciudades del lago Texcoco y planeó conquistar Tenochtitlán rodeándola con bergantines y acorralándola en los puentes. Mandó incendiar las casas. Los mexicanos cogieron a algunos españoles y les sacrificaron. Pero faltos de comida y de agua, los mexicas se rindieron el 13 de agosto de 1521. El emperador mexicano pudo gobernar bajo la supervisión de Cortés, pero como los españoles no encontraron oro, le dejaron lisiado quemándole. Más tarde le ahorcaron por estar tramando una vuelta al poder. Cortés gobernó como un rey un tiempo, enviando una quinta parte al rey. Sin embargo, Tenochtitlan es destruida por un terremoto. Cortés se retiró a España donde murió a los 62 años de edad.