lunes, 28 de noviembre de 2011

Nunca subestimes el talento para olvidar que despiertan las guerras

Alguien dijo una vez que nada da más miedo que un héroe que vive para contarlo, para contar aquello que todos los que cayeron a su lado no podrán contar jamás.
Demos un paseo por la historia.
No te puedo garantizar plena satisfacción al terminar esta proyección; sin embargo puedo asegurarte que tomar mi mano y dejarte llevar quizá fue lo mejor que pudiste hacer 5 minutos atrás.


Pocos imaginan la importancia de la Historia Militar para entender acontecimientos del pasado y desde esta rama proyectarlos hacia el futuro y comprender por descontado, también nuestro presente.Hablemos de hechos, de ejércitos, de medios, de circunstancias de lugar y tiempo, organizaciones, doctrinas . . .


La Historia Militar fue la principal fuente en las enseñanzas de guerra; hasta el punto de que aquel que un día se proclamó Cónsul Vitalicio en Francia registraría sus hazañas militares en "páginas de oro" en sus Memorias. También pensé en las campañas militares de un imponente Viriato, que defendió hasta la muerte su territorio del asedio romano con la táctica de la guerrilla. Quería ataques rápidos, decisivos, violentos pero muy estratégicos. No dudo en entregar su vida por su pueblo.


Las primeras órdenes militares, a la vez militares y religiosas actuaron como protectoras de los peregrinos a Tierra Santa, pero también protegieron los santos lugares. Dependían directamente del Papa y organizaban su regla comunitaria según una regla monástica que permitiese la compatibilidad con las actividades guerreras.


España. Rodeada de mar y un tanto excéntrica en Europa, su posición geográfica siempre ha determinado su itinerario histórico cuando la capacidad humana para eludir los inconvenientes de la naturaleza era más bien escasa.Con los Reyes Católicos se lleva a cabo de manera eficaz la construcción de un "armamento general" .Durante la Edad Media debemos destacar la figura del caballero como principal arma ofensiva debido a la importancia de las tareas de reconquista.


Hablemos de la importancia del Ejército como colectivo e individualmente de sus componentes desde el punto de vista de la vida política nacional.


Cuando Carlos I de España y V de Alemania recibiera su fabulosa herencia territorial convertiría a España en el país más poderoso de Europa llegando a construir el mayor imperio que hasta entonces se había conocido en la Historia y como no, convirtiéndose en el dueño del mundo.


Los españoles fueron los árbitros de ese mundo; los tercios reales impusieron la paz española - y otras muchas la guerra- por casi toda Europa. Sin embargo unas cuantas decenas de miles de buenos soldados es poco para todo el mundo. Entonces es preciso contratar mercenarios, pagar viajes y expediciones, cortes de virreyes. . . etc. Y hay que pedir préstamos, con la garantía de los famosos ingresos de unas Indias con las venas casi abiertas.En 1539 se debe un millón de ducados a los banqueros Fúcar, Welser, Schatz o Spínola. La política imperialista del primer Austria detuvo el proceso de unificación peninsular, ya que los reinos españoles quedaron incorporados a una complejísima pluralidad de señoríos y no se pudo concebir la consolidación de una, ni prematura, nacionalidad española. La cuestión religiosa fue una cuestión que perseguiría a Carlos V hasta su celda de enfermo.El estado de las arcas siempre les obliga a aprender algo. Sus recursos estan al borde del agotamiento, sus armas cubiertas de polvo.


El Sueño y la Tragedia:

Belchite fue una de tantas poblaciones arrasadas entre 1936 y 1939. Para los vencedores la guerra fue una cruzada contra una revolución atea que amenazaba con destruir sus valores tradicionales.Para los vencidos fue una liberación contra los poderes nacionales que oprimían España desde hace siglos. Lo que había comenzado con un golpe militar terminó con casi 3 años de Guerra Civil.La República fue acogida con euforia, ya que representaba una nueva España moderna.


Durante la República tenemos un panorama social muy sombrío. La sociedad estaba muy atrasada y dividida y la gran depresión económica mundial tampoco ayudó. Los trabajadores del campo, muchos mal pagados o en paro, esperaban que las prometidas reformas fueran drásticas e inmediatas. Sin embargo; más allá de expectativas de reforma poderosos intereses generales (y particulares) obstaculizaban su llegada. Una Iglesia profundamente conservadora, un Ejército acostumbrado a intervenir en la vida pública o una clase dominante fielmente decidida a mantener sus privilegios.


Andalucía representaba estas desigualdades, era una tierra de extensos latifundios y grandes terratenientes. La Reforma Agraria de 1932 sólo sirvió para ilusionar a los agotados jornaleros e irritó a más de un terrateniente. Entonces encontramos un problema: Reforma Agraria sin revolución no es posible. Aquellos que no son dueños de nada luchan por tener la tierra; así como los que la poseen luchan por conservarla.Cuando la paciencia de los jornaleros extremeños se agotó llegaron a ocupar unas 300 fincas, entonces irónicamente unos terratenientes asustados ya no temían por sus propiedades sino por sus propias vidas. La Iglesia también lucho por conservar sus privilegios pero fueron un blanco de rechazo para los que la consideraron aliada del poder.


En la República el anticlericalismo llegó a convertirse en violencia callejera motivada por ese espíritu constante rebeldía. En alguna ocasión Pilar Primo de Rivera aseguró que la quema de los conventos donde había sido bautizada o hecho la comunión había sido un hecho realmente triste para ella.Por otro lado Cataluña y P. Vasco eran regiones más diferenciadas. En 1931 se le concedió a Cataluña el Estatuto de Cataluña.Más tarde Franco suprimiría esta autonomía, asegurando que Cataluña tendría el honor de ser gobernada igual que el resto de España. Todos sabrían lo que este honor significaba.La unidad de la patria fue la obsesión de los militares. Ya habían perdido sus posesiones ultramarinas y en los años 20 la guerra en Marruecos amenazaba sus últimas posesiones.Una República que pretendía modernizar el Ejército se ganó la aversión de muchos militares. Propuso el exceso de militares, 1 Oficial por cada 9 soldados.Nunca nos paramos a pensar que la polarización se extrema en el intento de diálogo político. Más dramático aún es ese aire de tensión y división, hasta tal punto que un socialista era visto como un demonio con martillo.Dos ámbitos: el militar y el político están, a menudo muy unidos, con tintes nacionalistas y una determinada intencionalidad política, que pocos nos detenemos a analizar. Franco era monárquico de corazón, creía en el resurgir nacional. Creía en Dios, en la patria, la familia y el orden.
Él creía en la unidad central, un gobierno fuerte y autoritario sin más opciones y determinado en la máxima medida por el control militar. Sin embargo rechazaba cualquier noción de función militar corporativa que diera a estas cierta independencia institucional. Quizá su faceta más desconocida sea la de guionista; escribió el "Guión de Raza"que denota su gran desprecio hacia el gobierno. Aquí las causa de la guerra estaban clarísimas y el levantamiento militar más que justificado. Pensó: "Vamos hacia un abismo comunista que destruirá a la familia española" y situándome en sus pensamientos añadiría "y yo eso no puedo consentirlo".Franco se ganó su prestigio como líder de los regulares en Marruecos. Sus tropas avanzaron para liberar el Alcázar con una artillería muy poderosa y vencer la resistencia de las milicias. Llegó a España y fue recibido como un héroe. El 1 de Octubre de 1936 asumió el poder absoluto de la España Nacionalista. La realidad es inevitable, un mando único gana una guerra, un mando colegial y disperso la pierde.


En el s.XX España no participa en la 1ª Guerra Mundial y en muy escasa media participa en la 2ª Guerra Mundial. Esta no intervención afecta a las capacidades técnicas, tácticas y estratégicas de las fuerzas armadas; en cambio su intervención en asuntos políticos es constante en la segunda década de este siglo.Se ha comprobado que militares al servicio de Franco realizaban muy buenos estudios de las operaciones militares. La calidad metodológica de estos estudios de historia ha mejorado el contenido de la información archivada.


Una vez un joven monárquico ministro durante el primer período de dictadura ,llamado Pedro Sainz Rodríguez, acude a una entrevista con Franco. Éste estaba sentado en una mesa tomando chocolate con bizcochos; a su lado tenía una pila de expedientes que iba clasificando unos sobre la mesa, y otros sabre la silla.A la salida este joven atormentado por la duda le pregunta a su ayudante: -¿Qué eran esos papeles que tenía el general Franco?.Este le contestó: - Son las sentencias de muerte. Aquellos que pone en la silla son para firmar y los de la mesa son para revisar.Pedro no pudo borrar una imagen de su mente. La tranquilidad con la que este general realizaba sus funciones mientras sumergía los pastelitos en el espeso chocolate. Entonces pensó que esto no era más que el producto de esa“ entidad militar".


Aquel viejo coronel de Gabriel García Márquez, que siempre esperó una carta que nunca llegaría, inspiró esta “historia de otra historia”. No porque pensara en un reflejo de una situación así en España claro está; sino porque me fascinó la idea de militares que vieran la vida política (y social) del mismo modo que atravesarle el corazón a su enemigo.


domingo, 27 de noviembre de 2011

Esta semana nos ha tocado buscar información sobre las Secretarías de Estado, un tema bastante concreto al que he intentado aportar más información. Contaremos su origen, estructura, pondremos algunos ejemplos de Secretarios que han ejercido a lo largo del siglo XVIII, etc.

Antes de hablar de las Secretarías de Estado hemos de citar ciertos hechos que nos permiten saber su origen.
Tras la Guerra de Sucesión se decretó el tratado de Utretch, que establecería a Felipe V (de Anjou) como Rey de España frente a Carlos de Austria entrando, por tanto, los Borbones a la península y realizando una serie de reformas (centralización, uso de la razón más presente) entre las que se encontraría la más importante, la reforma de la administración.

Crearían las llamadas Secretarías de Estado, que realizarían muchas competencias de los Consejos perdiendo estos actividades de manera progresiva, pero siguiendo en convivencia con las Secretarías, a excepción de los Consejos territoriales (como el de Aragón, Italia y Flandes) por la pérdida de estos mismos. El último que permaneció fue el Consejo de Castilla, que fue el agente principal del gobierno español.
Esta solución fue resultado de la necesidad de reparar el sistema administrativo anterior debido a su ineficacia a la hora funcionar.

Las secretarías del Estado serían, pues, organismos encargados de los mismos asuntos de los que se ocupaban los Consejos, que tendrían gran similitud con nuestros actuales Ministerios. A su frente estaba el Secretario de Estado y de Despacho, los cuales se comunicaban directamente con el Rey mediante una “vía reservada” que creó él mismo.
La estructuración de estas secretarías tendría grandes variaciones a medida que pasaba el tiempo. Felipe V  dividiría la única Secretaría existente entonces en dos: La Secretaría de Guerra y Hacienda y por otro lado la que se ocuparía “del resto de las cosas”.

Serían Los Decretos de Nueva Planta los que de verdad supondría la aparición de estos organismos. Habría varias estructuraciones distintas hasta que en el reinado de Fernando VI se establecería la definitiva:
-Secretaría de Estado: Se encargaría de las relaciones exteriores.
-Secretaría de la Marina e Indias: se encargará de todos los asuntos de América.
-Secretaría de Gracia y Justicia: llevaría los asuntos de las Chancillerías, Audiencias, nombramiento de personal…
-Secretaría de Guerra: Asuntos bélicos y armas y ejército.
-Secretaría de Hacienda: Gasto público, empresas, comercio, movimiento de dinero en general.

Después de esta aparente formación definitiva hubo aun más reestructuraciones quedando finalmente (tras adhesiones y desapariciones de algunos) cinco organismos: La Secretaría de Estado, Guerra, Marina, Justicia y Hacienda, y además los Borbones crearían la Junta Suprema de Estado donde se reunirían todos los Secretarios para realizar los acuerdos.

Centrándonos ahora en los Secretarios de Estado es necesario decir que eran aquellas personas cercanas al Rey, elegidas por este mismo que ejercían las funciones directivas del poder ejecutivo.
Para finalizar, citaré algunos de los secretarios más importantes en el siglo XVIII de:

Felipe V: Antonio de Ubilla, Marqués de Rivas, José Patiño,
Fernando VI: José de Carvajal y Lancaster
Carlos III: Conde Floridablanca
Carlos IV: Conde Floridablanca, Manuel Godoy.

Fuentes:

-Archivo histórico nacional
Imágen:

Los problemas de la Guerra de Sucesión Española


Todo empieza en el siglo XVIII, el cambio de dinastía de los Austrias a los Borbones se produce por la llegada de Felipe V a España, pero antes hubo un gran problema que se conoce por “La Guerra de Sucesión Española”, donde ocurrió una contienda desde 1700 a 1713 que se considera española, pero en la que realidad estuvo involucrada Europa.

Los dos reyes propuestos para el trono eran:

-Felipe V (de Anjou), que tendría poder supuestamente en Francia y España.

-Carlos VI (el archiduque), que podría obtener todo un imperio, ya que tenía Saboya, Países Bajos y, por si fuera poco, a Inglaterra a su favor.

La guerra en realidad se produjo por los muchos testamentos que había dejado el otro rey, Carlos II el Hechizado, que no concretaban quién era legítimo al trono. El resultado de la guerra fue satisfactorio para Felipe V, pues el archiduque Carlos tendría una herencia más poderosa dada la muerte de su hermano y, por lo tanto, en contra de las intenciones de Inglaterra, quien dejó de apoyarle.

La Guerra de sucesión Española se termina en 1713-14 con:

-El tratado de Rastatt.

-El tratado de Utrecht: Inglaterra se queda con Gibraltar. Dado esto, España considera a Ceuta y Melilla zonas estratégicas.

Felipe V renuncia a Francia, pero se niega a reconocer que haya perdido tanto poder, así que inicia en 1713 una política de revisión de Utrecht.

En 1719 ocurre la guerra por Gibraltar y para revisar las condiciones de Utrecht.